lunes, 5 de noviembre de 2012

CONCLUYE TALLER DE ARTES PLÁSTICAS




Los jóvenes de escasos recursos encuentran POCO ÚTIL EL ARTE, LO TOMAN COMO UNA MANUALIDAD 
"iniciándose al ritmo del arte"

Anfitriones: Cuenteros y Cuentistas AC // Prepa Sí



                              Reporte final de actividades 
Con el fin de desarrollar la capacidad de observación, lograr el desarrollo de habilidades motrices, coordinación ojo-mano, potenciar las capacidades gráfico-expresivas en relación al modelo y los estímulos externos que presente el alumno, el pasado 18 de septiembre arrancó el ciclo de actividades del taller “Iniciándose en el ritmo del arte” a las quince horas del día con la presencia de treinta y cuatro alumnos provenientes todos del Colegio de Bachilleres Plantel 4; cuya edad oscilaba entre los 15 y 18 años. Así mismo se buscó sensibilizar al alumnado para apreciar la poesía de distintos autores.

El taller se impartió como parte del ciclo de talleres promovidos por Cuenteros y Cuentistas AC en Tláhuac, en el marco del proyecto La Palabra: herramienta que empodera del Programa de Coinversión para el Desarrollo Social del Distrito Federal 2012.

El perfil de los y las asistentes es de jóvenes de escasos recursos que difícilmente han ejercido sus derechos culturales. A decir de uno de los talleristas, el artista plástico y poeta Enrique Ramírez: “ellos y ellas no conciben en su vida cotidiana el arte, porque no le encuentran utilidad, no es una práctica común. Nuestro reto era que lo vieran como una necesidad, una posibilidad de crecimiento y expresión. Se sorprendieron al escuchar poesía de mi autoría porque no concebían que un joven fuera poeta; eso fue muy atinado en el taller: combinar la lectura de poesía con la introducción de las artes plásticas, porque ellos debían trazar las emociones que el poema les fuera dictando.”

El otro tallerista, Elías de Anda -egresado de la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM y músico mariachi- considera que fue un reto trabajar con estos bachilleres porque se notaba a leguas que era un taller impuesto, que no venían por su voluntad; “se les notaba el tedio y el poco ánimo; sin embargo, conforme se fue avanzando en las clases, una tercera parte de los y las jóvenes se involucraron al cien por ciento: traían libros de arte para comentar y algunos libros de literatura. Con el resto habrá que rediseñar estrategias para que se interesen por el arte.”

El primer compromiso con el Lic. Óscar Valverde responsable del Programa Prepa Sí en la delegación Tláhuac (perteneciente a la Secretaría de Educación del Gobierno del DF), fue que los asistentes al taller Iniciándose al ritmo del arte fueran jóvenes-coordinadores de estudiantes del nivel bachillerato y universidad con el fin de contribuir en su preparación como gestores y trabajadores de la culturales. Las dificultades para arribar al Centro Encuentra desde diversos puntos de la ciudad lo llevaron a proponer el taller a las autoridades del Bachilleres 4, ubicado en las inmediaciones. La desventaja de esta decisión es que se conformó un grupo que no fue sensibilizado y que, por ello, se negó a colaborar con los talleristas durante las primeras sesiones. 













El Centro Encuentra está ubicado en la calle Océano de las Tempestades s/n entre Monte Apeninos y Montes Carpatos en la colonia Selene, Tláhuac; es un espacio donde se practica el grafitti y la mitad del inmueble se ocupa como bodega de pintura. “La verdad es que no fue el lugar más apropiado para el taller de apreciación artística –afirma Elías de Anda-  pues hay saturación de imágenes de los mismos grafittis, no había infraestructura: mesas suficientes para dibujar; no siempre llegó el cañón-proyector de imágenes que requeríamos para revisar el trabajo de artistas con trayectoria; llegó el momento en que faltaron sillas y había mucho ruido”. Pese a esas dificultades el taller se llevó a buen término, aunque con poco menos de la mitad de los asistentes iniciales. “Toman al arte como una manualidad –agrega De Anda- de verdad que mostraron poco interés en la primer clase de presentación en la que intentamos construir en conjunto el concepto de arte”.  


Conforme avanzaron las sesiones, conforme se establecía la confianza entre asistentes y talleristas “nos fuimos dando cuenta de que todos de alguna manera, en mayor o menor medida, tenemos contacto con el arte; llámese música, danza, pintura… ‘me gusta mucho bailar’, ‘he dibujado desde siempre’, escuchamos decir a un par de alumnos”.

Las clases se llevaron a cabo conforme al programa: los conceptos de espacio, color, desnudo, modelo; todo vinculado con la música y la poesía. Dibujamos modelos desnudos: hombre y mujer, el bodegón, retrato y paisaje, alternados para explorarlas posibilidades de los materiales (carbones, gises, crayolas, colores). Escuchamos música y poesía.

La presencia de modelos desnudos fue impactante para los asistentes; sobre todo para las mujeres que mostraban pudor y poco volteaban para dibujar al modelo. Poco a poco y conforme avanzó la sesión y las visitas le fueron perdiendo miedo a revisar posturas e intentar trazos similares. Al principio, sobre todo de algunos varones, hubo muestras de morbo con la modelo mujer, quien también mostró cierto pudor “pues no es lo mismo posar desnuda en una escuela de arte que en un centro”. Todo el tiempo hubo interacción entre los modelos y los asistentes; pero también con Sofía Mendoza, autora del libro de poesía Sal diluida, quien cuenta con 20 años de edad y sorprendió sobre todo a los asistentes hombres. “Estaban sorprendidos de ver que sus versos, sus poemas reflejaban la problemática que ellos viven: enamoramientos, desencantos, problemas familiares…” afirman Enrique Ramírez, tallerista y poeta.

Entre las reacciones de las y los asistentes al taller fueron: “Antes dibujaba pero no lo tomaba muy en serio” comentó Daniel. “No creía que tuviera tanto qué ver la pintura con la poesía”: José Antonio.

Al final del taller Iniciándose al ritmo del arte se logró uno de los objetivos: que los participantes comenzaran a inmiscuirse con las artes a partir del pretexto de dibujar. Las quince personas que en el curso se mantuvieron constantes, ahora tienen otra visión del dibujo y hay un par que ya comienzan a leer extra clase. Eso nos da mucho gusto.

Elías de Anda, tallerista
Noemí Sánchez, enlace de Prepa Sí
Enrique Ramírez, tallerista y poeta




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