miércoles, 25 de abril de 2012


La Señora
de los Cuentos

VAYA QUE SÍ, DOÑA HAYDÉE ARTEAGA ES LA ABUELA DE TODOS LOS NARRADORES ORALES. Marilú Carrasco (becaria del FONCA 2012 por larga trayectoria) afirma con seguridad que la cubana de 96 años de edad “es la maestra de los maestros cuenteros” en diversas partes de Latinoamérica. Y es que, desde los años treinta, doña Haydée narra historias de la tradición oral de su país, pero también cuentos que ella ha publicado o leído. Y ha sido maestra de los mejores contadores de cuentos de su país. Habrá que decir que hasta nuestros días, en Cuba sigue compartiendo con los niños y con los abuelos de la isla, al menos se reúne con ellos dos veces al mes para seguir cultivando la palabra lúdica.

El proceso formativo infantil ha sido una de sus preocupaciones. Desde los albores de la Revolución Cubana, doña Haydée promovía que estos asistieran igual a obras de teatro que a observar coreografías, cine, espectáculos de cuentería… “Hay que apostarle a que los niños tengan una educación integral”, afirma Haydée en el conversatorio organizado en el marco del Festival Internacional Cuenteros y Cuentistas 2012 en el Centro Cultural de España en México (martes 24 de abril a las 18:00 horas, ante unas sesenta personas que se convocaron para escucharla). En el marco de las celebraciones del Día Internacional del Libro, doña Haydée cuenta que antes del triunfo de la Revolución ella realizaba un trabajo clandestino para promover la cultura y señala que por ello alguna vez la llevaron presa. “Yo trabajaba desde entonces con niños y no se imaginaban lo que hacía hasta que me llevaron; pero es que en esa época ser negro y pobre eran motivos suficientes para llevárselo preso; eso no estaba bien”.  

Son cerca de setenta años de trayectoria artística y la Señora de los Cuentos sigue haciendo de las suyas en los escenarios. Recuerdo que en la última función de gala en el Gran Hotel de la Ciudad de México (espacio permanente de cuentería de la asociación civil Cuenteros y Cuentistas durante tres años), llegó acompañada de Xiomara Calderón su hija. Faltaban treinta minutos para la función; desde el escenario observó el espacio del público, cómo estaban distribuidas las mesas; por dónde podría pasar, dónde se ubicaría su silla… De pronto, detuvo la mirada en las luces: -¿Estás son todas las luces?” –inquirió con un gesto analítico, su mirada seguía la luminiscencia que despedían tres lámparas básicas (azul, amarilla y roja)… -¿Necesitas algo especial, quieres que apague alguna?  -respondí un poco inquieta, no sabía exactamente con qué mirada observaba los focos de colores; por mi cabeza pasó la idea de que tal vez la lastimaban… -No, sólo quiero saber con qué luces cuento y cómo proyecto mi voz para que se escuche hasta atrás…  Esa respuesta me dejó estupefacta; pues si bien es cierto que soy su admiradora y ahora me considero su amiga, no la conozco como artista de la escena. No sabía de sus exigencias ni de su estilo de prepararse para compartirnos sus historias.


Haydée es trasladada en sillas de ruedas, pero sólo para facilitarle el paso, para evitarle la subida y bajada de escalones; porque ella jamás se presentará en el escenario en esta herramienta que acentúa las discapacidades del cuerpo o el paso inclemente del tiempo. Generalmente la Señora anda en el mundo acompañada de un bastón folclórico oriundo de Tlaxcala que seguramente le regaló su entrañable amiga Vivianne Thirión, presidenta de la Asociación Mexicana de Narradores Orales Escénicos. AMENA. Pero ni siquiera se apoya en este báculo si de compartir con el público se trata.

En sus pláticas recuerda todas las veces que vino a México y los públicos con los que ha compartido; su generosidad la hacen mencionar a Thirión y a Rosa Martha Sánchez de Monterrey como las amigas-hermanas mexicanas que siempre la han sacado adelante. Y es que en sus procesos de enfermedad ellas han estado presentes. “Siempre me levantan”, afirma con un risa casi chillona. Aunque asegura que ella no desea llegar a los cien años. El próximo 29 de abril, La Señora de los Cuentos cumplirá 97 años de vida y desde ayer se le cantaron las mañanitas.

Esta negra cubana de complexión menuda y rostro jovial y cabello negro relamido en un chongo es elocuente, simpática; a veces su rostro es impenetrable porque siempre está analizando lo que escucha, lo que va a decir y lo que callará. Cumplirá casi un mes de estancia en México y regresa a su Isla querida para celebrar su cumpleaños el domingo próximo: 97 años, se dice fácil.

Ha sido una oportunidad para nuestra asociación civil acordar con AMENA el viaje de Haydée Arteaga a México, tal vez sea su último viaje a nuestro país, es verdad. Lo cierto es que ella lo ha disfrutado y en su recuerdo se lleva la felicidad de las cerca de novescientas almas que se congregaron en el Teatro Julio Castillo el domingo 22 de abril a las 17:00 horas para rendirle un homenaje por su trayectoria, a la institución de carne y hueso que representa en Lationoamérica, a la mujer y su sabiduría, a su dignidad, a su alegría, a la abuela de los cuentos que es…  // Florina Piña



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